5. Configuración y posicionamiento

Las ondas sonoras que se desplazan desde el eje central del altavoz, deberían llegar de forma directa a los oídos del técnico de sonido. Para ello podemos servirnos de unos soportes de trípode para altavoz, o también recurrir al montaje mural o en el techo de los altavoces. El posicionamiento sobre la mesa o de forma similar, por norma general, no es recomendable.

Los monitores de campo cercano se deben emplazar de manera que el oyente no capte de lleno las primeras reflexiones. La superficie de la mesa de mezclas también actúa en cierta medida como superficie de reflexión, sobre todo cuando se posicionan sobre la barra de medidores de la mesa (ver foto 1). Lo correcto es colocar los monitores detrás del puente de medidores a una altura correcta, de manera que el sonido directo alcance el punto de escucha libremente (ver foto 2). El puente de medidores hará entonces de pantalla contra las reflexiones que, de otro modo, se proyectarían desde la consola.

En el posicionamiento de los monitores se debe además prestar atención a que la separación de estos con las paredes u otras superficies reflejantes sea la misma en ambos (valor a). Los monitores deben colocarse, bien lo más alejados posible de las paredes, o bien muy cerca (los altavoces con recintos Bassreflex que posean el puerto de salida de aire detrás, deben respetar una separación de aproximadamente unos 10 cm de la pared). En principio, se supone que las reflexiones de las paredes con recorrido más largo, llegan claramente más débiles al punto de escucha, y con ello son también menos perjudiciales. Pero en la práctica, este criterio lamentablemente no se cumple suficientemente. La mayor separación repercute en cancelaciones, especialmente en las frecuencias graves. Por otro lado las frecuencias graves son difíciles de absorber de forma efectiva. Esta es una desventaja de esta variante de posicionamiento.

La segunda filosofía nos dice que las cancelaciones en un posicionamiento más cercano a las paredes son incluso más marcadas, pero en un rango de frecuencias un poco más alto, y allí es más fácil combatirlas con absorbentes estándar. Con la colocación más cercana a las paredes, por norma general, se produce una implementación de graves de unos 6dB (en las esquinas incluso hasta 18 dB). Esto significa también una desventaja en esta variante de posicionamiento. Por este motivo muchos monitores activos poseen un ecualizador de corrección de sala con el que se puede compensar este efecto.

Finalmente, el optar por una u otra variante, dependerá naturalmente del espacio del que se dispone. Si tienes espacio suficiente para ambas variantes, lo mejor es experimentar hasta encontrar la posición que ofrece los mejores resultados.

Posicionar cerca de 1 m delante de la pared, con al menos 0,5 m de separación. Si reducimos esa distancia (sobre todo muy notable en esquinas), se producirán implementaciones de graves que pueden desfigurar la imagen sonora. Como consecuencia de esto también pueden resultar mezclas que en otros sistemas y condiciones se aprecien flojas y sin fundamento. La separación entre los altavoces y el punto de escucha debe quedar entre 0,7 m y 2,0 m. Las distancias más largas solo son efectivas con monitores bastante más caros, de medios (2 hasta 3 m) o de campo lejano (3 bis 5 m).

Los monitores deben orientarse con el mismo ángulo respecto al oyente, de manera que el centro del ángulo de dispersión de los Tweeters y la parte posterior de la cabeza del oyente formen un triángulo equilátero (el llamado triángulo de escucha).

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